martes, 1 de junio de 2010

Diego Velázquez



Maestro sin par del arte pictórico, el sevillano Diego Velázquez adornó su carácter con una discreción, reserva y serenidad tal que, si bien mucho se puede decir y se ha dicho sobre su obra, poco se sabe y probablemente nunca se sabrá más sobre su psicología. Joven disciplinado y concienzudo, no debieron de gustarle demasiado las bofetadas con que salpimentaba sus enseñanzas el maestro pintor Herrera el Viejo, con quien al parecer pasó una breve temporada, antes de adscribirse, a los doce años, al taller de ese modesto pintor y excelente persona que fuera Francisco Pacheco. De él provienen las primeras noticias, al tiempo que los primeros encomios, del que sería el mayor pintor barroco español y, sin duda, uno de los más grandes artistas del mundo en cualquier edad.

La mirada melancólica

Diego Velázquez fue hijo primogénito de un hidalgo no demasiado rico perteneciente a una familia oriunda de Portugal, tal vez de Oporto, aunque ya nacido en Sevilla, llamado Juan Rodríguez, y de Jerónima Velázquez, también mujer de abolengo pero escasa de patrimonio. En el día de su bautismo, Juan echó las campanas al vuelo (previo pago de una módica suma al sacristán), convidó luego a los allegados a clarete y a tortas de San Juan de Alfarache y entretuvo a la chiquillería vitoreante con monedas de poco monto que arrojó por la ventana. No le había de defraudar este dispendio y estos festejos el vástago recién llegado, que se mostró dócil a los deseos paternos durante su infancia e ingresó en el taller de Francisco Pacheco sin rechistar.


(Detalle del autorretrato)

El muchacho dio pruebas precocísimas de su maña como dibujante y aprendía tan vertiginosamente el sutil arte de los colores que el bueno de Pacheco no osó torcer su genio y lo condujo con suavidad por donde la inspiración del joven lo llevaba. Entre maestro y discípulo se estrechó desde entonces una firme amistad basada en la admiración y en el razonable orgullo de Pacheco y en la gratitud del despierto muchacho. Estos lazos terminaron de anudarse cuando el viejo pintor se determinó a otorgar la mano de su hija Juana a su aventajado alumno de diecinueve años.

Sobre las razones que le decidieron a favorecer este matrimonio escribe Pacheco: "Después de cinco años de educación y enseñanza le casé con mi hija, movido por su virtud, limpieza, y buenas partes, y de las esperanzas de su natural y grande ingenio. Y porque es mayor la honra de maestro que la de suegro, ha sido justo estorbar el atrevimiento de alguno que se quiere atribuir esta gloria, quitándome la corona de mis postreros años. No tengo por mengua aventajarse el maestro al discípulo, ni perdió Leonardo de Vinci por tener a Rafael por discípulo, ni Jorge de Castelfranco a Tiziano, ni Platón a Aristóteles, pues no le quitó el nombre de divino."

OBRAS MÁS IMPORTANTES

Las meninas



Las lanzas o La rendición de Breda

Pintores del Barroco Español

  • José de Rivera



José de Ribera (Játiva, 12 de enero de 1591Nápoles, 1652); pintor tenebrista español del siglo XVII, también conocido como Giusepe de Ribera o con su nombre italianizado: Giuseppe Ribera. Fue apodado por sus contemporáneos Lo Spagnoletto, «el españolito», por su baja estatura y porque reivindicaba sus orígenes firmando sus obras como «Jusepe de Ribera, español» o «setabense» (de Játiva). Ribera es un pintor destacado de la escuela española, aunque su obra se hizo íntegramente en Italia y de hecho, no se conocen ejemplos seguros de sus inicios en España.


  • Francisco de Zurbarán
Biografía de Francisco de Zurbarán 1598-1664

Francisco de Zurbarán nace en el año de 1598 en el pueblo pacense de Fuente de Cantos, hijo de un mercero que le enviará antes de cumplir veinte años a Sevilla, a estudiar con el pintor Pedro Díaz de Villanueva. Una vez completado su aprendizaje, que no durará mucho, Zurbarán regresará a su Extremadura natal, a la localidad de Llerena, donde contraerá matrimonio por dos veces y se establecerá, hasta la fecha de 1626 en que es reclamado a Sevilla para llevar a cabo la ejecución de un importante encargo.

La orden de los Dominicos deseaba una serie de cuadros acerca de la vida monástica para su convento de San Pablo, convirtiéndose la buena realización de los mismos en el detonante para la consecución de otro encargo más, proveniente en este caso del convento de la Merced en 1628, transmitiendo el Ayuntamiento de Sevilla al pintor, un año más tarde, su deseo de que se instalara de forma definitiva en la ciudad, siendo aceptada la propuesta por éste.

Lo cierto es que Zurbarán gozó de fama en su época, algo que propició que nunca le faltaran los encargos, en mayor o menor medida, los cuales se sucedieron a lo largo de los años en forma de peticiones de grandes series pictóricas por parte de diversas órdenes religiosas (Jerónimos, Cartujos…), aunque también llegará a enfrentarse al tema mitológico durante la breve estancia que pase en Madrid participando en la decoración del Palacio del Buen Retiro, no saliendo demasiado airoso de esta prueba, y al género del bodegón, del que se revelará maestro.

Hacia la mitad de su vida la desgracia le alcanzó en la forma de la defunción de su segunda esposa (tras lo que se volvió a casar), una disminución de trabajo y el sufrimiento de la peste de 1649, que se llevará a uno de sus hijos, Juan el pintor.

Además, con el paso de los años Francisco habrá de ser testigo de cómo el nuevo estilo de un cada vez más apreciado Murillo se va imponiendo poco a poco, en detrimento de su propia elección. Finalmente decidirá partir de nuevo a Madrid a la vera de su amigo Velázquez, instalándose de forma definitiva hasta su muerte en esta ciudad, casi una década después y rodeado de estrecheces económicas, en el año de 1664.



(San hugo en el refectorio de los cartujos)


  • Claudio Coello
Pintor español, uno de los principales representantes de la escuela barroca madrileña. Como la mayor parte de sus contemporáneos, pintó retratos y obras religiosas, siendo un extraordinario compositor de cuadros de altar. También destaca como pintor de frescos, técnica poco frecuente entre los pintores españoles de su tiempo. Nació en Madrid en 1642, en una familia de origen portugués. Se formó con Francisco Rizi, pintor de la escuela madrileña. Con él aprendió el lenguaje del barroco decorativo, basado en una concepción dinámica y escenográfica, con gran riqueza de color y una ejecución suelta y vibrante. Como la mayoría de los pintores de la segunda mitad del siglo XVII relacionados con la Corte recibió la influencia de Rubens y de la escuela veneciana, así como la de Velázquez, a quien debe su especial habilidad para captar la atmósfera y la perspectiva espacial. Su estilo se caracteriza por una marcada preferencia por las composiciones con gran número de personajes. Entre ellas destaca su obra maestra, La Sagrada Forma, que pinta para la sacristía del monasterio de El Escorial en 1685. Se trata de un magnífico ejemplo de solución espacial, interpretado con el lenguaje teatral e ilusionístico propio del barroco. Escena religiosa y a la vez cortesana, es también una magnífica galería de retratos, en la que aparecen representados los principales personajes de la corte, encabezados por el propio monarca Carlos II, quien se arrodilla en oración ante la Sagrada Forma. Otras obras suyas son, La comunión de santa Teresa (Museo Lázaro Galdiano, Madrid), Triunfo de San Agustín (1664, Museo del Prado, Madrid) y Virgen del Rosario con santo Domingo de Guzmán (Academia de Bellas Artes, Madrid). Autor de retratos de gran calidad, realizó también decoraciones murales con arquitecturas fingidas, inspiradas en modelos italianos. A pesar de ser el pintor español más importante del último tercio del siglo XVII, no llegó a ser pintor de cámara hasta 1685.

(Triunfo de San Agustín)


  • Bartolomé Esteban Murillo




España. (1618-1682)

Pintor español nacido en Sevilla, cultivador de una temática preferentemente religiosa. A partir de sus primeras obras, representaciones de la Virgen María o la Sagrada Familia, evolucionó hacia un tratamiento de los temas en un tono más humano y sencillo, dentro de interiores cotidianos, en los que introduce pequeños detalles y escenas de la vida doméstica. Ejecutó lienzos de altar para conventos e iglesias de diversas órdenes monásticas en Sevilla. Sus personajes se caracterizan por una gran dulzura, acentuada por una pincelada suave y fácil y una luz dorada que los envuelve. Como pintor de escenas de género, plasmó con gran maestría y emotividad el mundo de la novela picaresca de la época.

Falleció el 3 de Abril de 1682.

Alonso Cano

Pintor, escultor y arquitecto español, fue una de las figuras más destacadas del barroco. Nació en Granada en 1601, hijo de un tracista y ensamblador de retablos. En 1614 se trasladó a Sevilla y dos años más tarde entró como aprendiz en el taller de Francisco Pacheco, donde conoció a Velázquez. En 1638 se trasladó a la capital como pintor y ayuda de cámara del conde-duque de Olivares. Tras su paso por la corte madrileña, donde entró en contacto con las colecciones reales y la pintura veneciana del siglo XVI, el tenebrismo de sus primera obras deja paso a un estilo idealizado, clásico, de una calidad similar a la de los mejores pintores españoles, que huye del realismo en favor de las formas delicadas, bellas y graciosas, al igual que hizo también con sus obras escultóricas y arquitectónicas. Tras la muerte de su segunda esposa en extrañas circunstancias, huyó a Valencia para escapar de la acusación de asesinato que pesaba sobre él y se refugió en la cartuja de Porta-Coeli. En 1945 volvió a Madrid y en 1652 se trasladó a Granada, donde fue nombrado racionero de la catedral y falleció quince años más tarde. De esa última etapa es su obra maestra como pintor, una serie de siete lienzos sobre la Vida de la Virgen (1654) para el altar mayor de la iglesia. En lo que respecta a su labor como escultor, por la que es más conocido, Alonso Cano se formó en el taller de Martínez Montañés, realizando numerosas esculturas de tema religioso en madera policromada. De su maestro adoptó la contención expresiva y el clasicismo formal, añadiendo su gusto personal por lo delicado y menudo. Entre sus primeros trabajos del periodo sevillano se encuentran el retablo de Nuestra Señora de la Oliva (Lebrija, 1629-1931) y el San Juan Bautista de la iglesia de San Juan de la Palma de Sevilla (1634), así como varias Inmaculadas y figuras del Niño Jesús. Durante su etapa en Madrid abandonó temporalmente la escultura hasta su vuelta a Granada. Entre sus últimas obras destacan las cuatro esculturas monumentales de San José, San Antonio de Padua, San Diego de Alcalá y San Pedro de Alcántara para el convento del Santo Ángel, destruidas durante la guerra de la Independencia. Como arquitecto diseñó la fachada de la catedral de Granada (1667), en la que destaca el sorprendente efecto de profundidad, logrado al rehundir sus tres grandes arcadas, y su gran riqueza decorativa.


(Cristo y la Samaritana.Alonso Cano)

Principales Escultores

Juan Martínez Montañés



Juan Martínez Montañés nace en Alcalá la Real (Jaén, 1568) y aprende el oficio de dorador en el taller de su padre.

Desde los catorce años se encuentra en Sevilla, donde asiste al taller de Jerónio Hernandez o de Gaspar Nuñez Delgado; en diciembre de 1588 obtiene los títulos de maestro escultor y maestro ensamblador o arquitecto de retablos, y establece su taller en la parroquia de la Magdalena.

Se casa dos veces, con Ana de Villegas en 1587, de la que tiene cinco hijos, y con Catalina de Salcedo, en 1594, que le dio siete más.

No obstante ser hombre de vida ordenada, llegó a estar encarcelado dos años acusado de complicidad en un asesinato.

Velázquez lo retrata en 1635 cuando viajó a Madrid llamado por la Corte para realizar un retrato del rey con destino a la escultura en bronce, que hoy se encuentra en la plaza de Oriente, con caballo dibujado por el propio Velázquez, que luego fundiría Pietro Tacca.

Era consciente de su valía y se enorgullecía a menudo de ello. Gozó de tan enorme prestigio que los sevillanos lo llamaron el "dios de la madera".

Murió en Sevilla a consecuencia de la peste en 1649.

Alberto Churriguera

Nació en 1676 en Madrid y al igual que su hermano Joaquín fue a Salamanca a trabajar con su hermano José.

(Plaza mayor de Salamanca)




Su obra más importante es la construcción de la Plaza Mayor de Salamanca. Es de planta cuadrada y el alzado de los edificios se estructura en cuatro pisos. El primer piso corresponde a los soportales, en los tres restantes, encontramos ventanales precedidos de balconadas. Finalmente, una balaustrada rematada con pináculos cierra el espacio superior de toda la plaza.

En 1731 comienza la construcción de la Iglesia de San Sebastián de Salamanca, unida al Colegio de Anaya. Es una iglesia de una sola nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos y con cúpula octogonal sobre el crucero.

Su última obra es la Iglesia parroquial de Orgaz, en Toledo.

Andrés García de Quiñones será un seguidor del Churrigueresco, aunque, el término también ha sido utilizado para designar a artistas como Narciso Tomé, Pedro de Ribera o Francisco Hurtado Izquierdo.

Juan Gómez de Mora

El arquitecto Juan Gómez de Mora es una de las principales figuras del primer barroco en España.

Nació en 1586. Era hijo de Juan Gómez, pintor de cámara de Felipe II y de Francisca de Mora, hermana del arquitecto Francisco de Mora. Se formó con su tío Francisco de Mora que era Maestro Mayor de las Obras Reales y Maestro Mayor de Obras de la Villa. Recibió la influencia del Renacimiento italiano y de la obra de Juan de Herrera.



Trabajó en la reforma de la fachada sur del Alcázar de Madrid con su tío y tras su muerte, fue nombrado maestro mayor de las obras y, poco después, arquitecto de Felipe III.

Su enemistad con el conde-duque de Olivares hizo que en los primeros años del reinado de Felipe IV, fuera sustituido del cargo y desterrado a Murcia. En 1643 volvió a la corte y recuperó su antiguo cargo, en el que permaneció hasta su muerte, en 1648.

Su actividad constructiva se desarrolló principalmente en Madrid. Sus edificios son ordenados y en ellos predomina la simetría, aunque tienen gran riqueza decorativa. Sus obras son esencialmente clasicistas, pero debido a su tendencia al enriquecimiento decorativo, se consideran de transición al Barroco.

Principales obras de Juan Gómez de Mora

Entre sus obras más destacadas se encuentran el Convento madrileño de la Encarnación, la Plaza Mayor de Madrid y la Clerecía de Salamanca.


(Plaza Mayor de Madrid)

Principales Arquitectores

José Churriguera

José Benito de Churriguera nació en Madrid en 1665, siendo hijo de José Simón de Churriguera , afamado artista de la época. Hermano de Alberto y Joaquín de Churriguera fué el principal escultor y arquitecto de la familia, al que se debe la denominación de estilo churrigueresco que se aplica a las obras realizadas por él y por algunos de sus hermanos, en las que el recargamiento decorativo es lo esencial y domina sobre los elementos sustentantes hasta el punto de ocultarlos en algunos casos.
Trabajó en Segovia (capilla del Sagrario de la catedral) y en Madrid (catafalco de la reina María Luisa de Orleans), antes de establecerse en 1692 en Salamanca, donde fué maestro mayor de la catedral nueva y esculpió multitud de retablos, a los que debe esencialmente su fama; entre todos ellos, destaca el retablo mayor del convento de San Esteban, una de sus obras maestras.


(Convento Iglesia de San Esteban)